
INNOVAE, un programa de incentivos impulsado por el IDAE, tiene como finalidad apoyar proyectos singulares e innovadores que favorezcan el ahorro y la eficiencia energética en sectores con un alto consumo de energía. Esta iniciativa se enmarca en los esfuerzos por cumplir los objetivos de reducción del consumo energético y dispone de un presupuesto de 115 millones de euros, de los cuales 30 se destinan a la renovación integral de edificios terciarios existentes, con el objetivo de transformarlos en edificios de cero emisiones.
Se pretende acelerar así el ritmo de rehabilitación energética en Europa hasta alcanzar un 3% anual, prestando especial atención a edificios públicos antiguos ubicados en zonas urbanas. Este enfoque busca impulsar una transformación sostenible del entorno construido y contribuir al cumplimiento de los objetivos establecidos en el PNIEC y en el Plan Estratégico 2024-2026 del Fondo Nacional de Eficiencia Energética.
El Programa INNOVAE, en línea con los programas de rehabilitación de edificios anteriores (PREE, PAREER, etc.), se centra en la mejora de la eficiencia operacional (definida por la UN ISO 52000 y reportada en el módulo B6 de la UNE 15978), dejando a un lado las contribuciones de los flujos de carbono en los otros módulos del ciclo de vida del edificio. Para nosotros, esta visión es limitada y poco ambiciosa para un plan que, según sus propias palabras, pretende incentivar “proyectos singulares innovadores”.
Sin carbono embebido no hay descarbonización
Los estudios sectoriales demuestran que la reducción del consumo energético operacional en la etapa de uso -derivado de la eficiencia de los sistemas y la mejora del aislamiento de la envolvente- producirá un desplazamiento de la relevancia del carbono embebido en el cómputo global de la huella del edificio.
Según la Directiva Europea sobre Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD), se prevé que en 2040 la energía consumida en uso represente solo el 43% de la huella de carbono, frente al 70% actual, mientras que el carbono embebido pasará del 28% al 57%. En este contexto, tanto la EPBD como el marco Level(s) promueven una evaluación integral del ciclo de vida del edificio. Además, el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, a través de la iniciativa ARCE 2050, prepara nuevos requisitos de sostenibilidad que incluirán el cálculo del impacto climático de los edificios, con su incorporación al CTE prevista para 2026.
Así, desde Asociación Ecómetro, en nuestro afán de promover una toma de decisiones fundamentada en datos fiables y evidencias rigurosas sobre los impactos de la edificación en todas sus dimensiones, y con el objetivo de que el Programa INNOVAE, así como futuras convocatorias análogas, tengan en cuenta el carbono embebido en sus postulados, pedimos:
- Que en las actuaciones incluidas en la Tipología 1: Mejora de la eficiencia energética de la envolvente térmica, se exija, además de los documentos que justifiquen la reducción mínima del consumo de energía primaria y final, la presentación de un informe de cálculo del potencial de calentamiento global del edificio (huella de carbono) para los módulos A1-A3 (fase de producción) y B6 (fase de uso), calculados conforme a las normativas UNE-EN 15978:2012 y UNE-EN 15804+A2.
- Como referencia, proponemos la Ficha de Huella de Carbono, un documento que hemos impulsado a través de un acuerdo con el COAM. Esta ficha evalúa el impacto climático de los edificios y se puede incorporar de manera voluntaria en la documentación técnica del visado de proyectos.