Conoce al equipo de ecómetro > Diego Ruiz

>>Cualquier herramienta que no tenga en cuenta el entorno en el que el usuario desarrolla su trabajo corre el riesgo de resultar inútil (…)

Nos encontramos con Diego para conocer más de cerca a nuestro especialista en Análisis de Ciclo de Vida (ACV) y en evaluación de sostenibilidad. 

En este mes se cumplen 10 años desde que Diego, inquieto y multidisciplinar, decidiese dar un cambio de rumbo a su carrera profesional. Físico de formación y doctor en ciencia e ingeniería de materiales (con 9 años de experiencia en investigación y docencia en este terreno), en 2009 inicia el Máster de Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.

Es a raíz de este sorprendente giro que se abren ante nuestro especialista en ACV nuevos caminos profesionales como resultado de “ese sugerente intercambio con arquitectos y diseñadores” que supuso la realización del máster. Entre estas oportunidades se postuló el Ecómetro, proyecto que en aquel momento era tan solo una idea estimulante, una idea compartida a la que dar forma. En palabras del propio Diego, “el ecómetro supuso un proyecto dónde aplicar y profundizar en buena parte de los conocimientos adquiridos”.

Diego es ahora vicepresidente de la Asociación Ecómetro y su papel principal está enfocado a la vigilancia de los desarrollos metodológicos, de normativa y legislación relacionados con la aplicación del análisis del ciclo de vida a la construcción y a la arquitectura así como de dar soporte técnico durante el desarrollo y actualizaciones de la herramienta. Junto a Pablo, son los principales artífices de la herramienta que cuenta con un potente motor para el cálculo del desempeño ambiental de los edificios aunque podría aplicarse al sector de la construcción en su conjunto.

Diego admite que si bien la herramienta ecómetro es una realidad, aún faltan pasos importantes para cumplir con los objetivos para los que se gestó. Para él la herramienta siempre ha sido un proyecto pionero y necesario para el sector pero que ha carecido de los medios económicos suficientes para completar su desarrollo e implementación definitiva entre los profesionales de la construcción. Es por ello que dentro del plan estratégico para 2020 está prevista encontrar una vía de financiación llevar a cabo estos objetivos.

Diego también nos habla de su actividad profesional en la que realiza trabajos de consultoría orientados a la evaluación de materiales, productos y procesos, y aunque se ha especializado en construcción ha participado en proyectos para sectores como el energético, el agroalimentario, el químico o el de fabricación de materias primas. Esta actividad la compagina con la colaboración en proyectos de investigación con la Universidad Politécnica de Madrid en la evaluación ambiental, económica y social de sistemas.

De una forma más distendida, también le hemos preguntado por cuales son a su modo de ver los problemas ambientales más serios que tenemos que enfrentar a partir ahora. Tras un resoplido seguido de una silenciosa mueca como de no sé por dónde empezar, apunta claramente hacia la emergencia climática de la que no quiere hablar porque considera que ya es suficientemente conocida, e incluso asimilada por cada vez más gente. Se compromete a intentar ser un poco más original y prueba con otros dos; la pérdida en calidad de los recursos materiales o al menos nuestra incapacidad para hacer perdurar ese valor una vez los incorporamos a los procesos.

“El suelo es el inicio de la cadena trófica”, advierte.

Por último introduce exclamativamente el que según él es uno de los grandes olvidados ¡La degradación de los suelos! Para nuestro especialista este aspecto es de vital importancia ya que son los suelos fértiles los que permiten cerrar los ciclos biológicos, paradigma de la tan actual circularidad, con la contribución de la energía limpia e inagotable del sol.

Aunque Diego es crítico frente a algunas de las iniciativas planteadas en temas de sostenibilidad, se considera optimista y con el ánimo que despiertan las palabras de esa canción conocida de Serrat ¡Hoy puede ser un gran día! (entre risas) confía en la capacidad que el ser humano ha demostrado a lo largo de su historia para afrontar los retos que se ha planteado. De forma irónica nos comenta que lejos de la búsqueda de la Teoría del Todo o de los viajes a Marte, “es hora de enfrentarse al mayor de los desafíos jamás planteado, el de compaginar nuestra actividad con la conservación del medio que nos permite desarrollarla”.

En este sentido, comenta que la degeneración del medio físico del que nos nutrimos, tanto en el plano puramente vital (aire, agua, alimentos) como en el económico, no solo compromete nuestra forma de vida sino también la manera en cómo nos la ganamos. Asegura que toda cadena de valor empieza y termina en la naturaleza; sin materias primas de calidad no se puede alimentar ningún proceso generador de valor, en definitiva nuestro sistema económico. Por lo tanto “es preciso un cambio de sistema de referencia en el que la economía se convierta en un subsistema del sistema ecológico y que los límites termodinámicos que este último impone se trasladen al primero (…) un cambio en el que ese medio deje de ser el distante proveedor de recursos y servicios, o el lugar en que disipar la ineficiencia material y energética de nuestras actividades”.

En su discurso, Diego en ningún momento estigmatiza la generación de riqueza sino que apuesta por un cambio de paradigma en el que la preservación del medio se convierta en el centro de los modelos de negocio, “planteamiento que toda organización debería abrazar aunque sólo sea para garantizar su propia subsistencia”. Entre risas dice que este suele ser su argumento para los públicos más reactivos. Dando un paso más en esa dirección aboga por una “una economía en que se internalice los costes ambientales y por qué no, también los sociales, en el coste de producción de los bienes y servicios” y que este se repercuta en el precio final para el consumidor.


EQUIPO TÉCNICO | Entrevista a Irina Tumini. Martes, 28 de Julio, 2019.
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Este artículo es el primero de la serie “Conoce al equipo de Ecómetro”.
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